domingo, 31 de octubre de 2010

Capítulo 13 - Sentidos

Desvaríos:

Siempre me han molestado los ruidos fuertes, a veces creo que la gente lo hace solo para molestarme, o causarme intranquilidad. Pienso que cualquier sonido que hagamos, ya sea; cerrar una ventana, cerrar la puerta, lavar los platos, llamar a alguien que esta lejos, posar un vaso en la mesa, etc., se puede hacer de una forma más suave.

Por unos segundos odio a la persona que hace ruido, francamente, no entiendo porque no puede hacerlo más despacio, sin dar golpes, o de una forma que al menos no me vuelva irascible. Odio los ladridos de mi perro.

Al tener los otros sentidos bastante mermados, se han desarrollado un poco: el oído y el olfato.

Consigo distinguir el olor antes de llegar, y si es fuerte, me provoca arcadas.

El cuanto al oído, he de decir que a veces resulta un poco agobiante tener que escuchar los murmullos de extraños y entenderlos a la perfección. Noto punzadas dentro de la cabeza según lo agudo que sea el sonido, incluso en determinados momentos tengo que poner la palma de mi mano sobre la oreja para menguar la molestia de los cláxones. Todo esto unido a algunas visiones se torna un verdadero show a la hora de vagar por mi ciudad.

Capitulo 13º

Parada de autobús:

Sentado en la parada me percato de la intranquilidad de algunas personas que miran varias veces sus relojes o teléfonos móviles, alguna vez se miran entre ellos para ver si es producto de su imaginación, o hay otras personas que también estén inquietas por la tardanza del bus.

Justo al lado de la parada hay un semáforo, allí se detiene por casi dos minutos un taxi, con una familia de chinos en su interior, adelante esta el padre con la cabeza agachada, y detrás esta la madre y una pequeña niña de unos 6 años. La niña me clava la mirada, y se queda así durante unos diez segundos, yo le sonrió y ella me devuelve la sonrisa, levanto la mano saludándola, se ríe y levanta su pequeña mano agitándola, en ese momento arranca el taxi.

Gran vía:

Llego a gran vía, voy hasta la puerta del trabajo de un amigo y le espero sentado en un pequeño banco de madera que esta justo en la puerta. Observo como varia gente esta en la puerta fumando, y comentando anécdotas del trabajo con otros compañeros. En ese momento salen las dianas y pequeñas anotaciones a modo de Info sobre cada cual.

1º persona: no espera mucho tiempo entre calada y calada, tiene las venas del cuello muy marcadas y habla exaltada. Info: no ha sido un buen día de trabajo.

2º persona: no para de reírse, y supongo que al ser viernes esta a punto de concluir su jornada, me fijo que en comparación con los demás, va bastante bien vestido. Info: tiene pensado salir a tomar algo, o ha quedado con alguien.

3º persona: no esta fumando pero sostiene con las manos entrecruzadas una cajetilla de camel. No participa en la conversación y bosteza. Info: se le termino el descanso, entrara en unos segundos, y lleva varias horas trabajando, por lo que se encuentra cansada.

Sale la persona a la que estaba esperando. Después de ir hasta su coche, arranca y vamos dando un pequeño paseo por la calle principal, a mi derecha veo un par de chicas en una scooter, la de atrás se esta riendo, yo me quedo con cara de extrañeza mirando para ellas, la chica que va de “paquete” mira hacia mi, en ese momento levanto mi mano y la empiezo a girar saludándola, entonces ella empieza a reírse aún más y le da una palmada a la que conduce para decírselo, esta se sobresalta y está a punto de perder el control de la moto.

Después de haber ido a tomar un par de cafés, me despido y agradezco el gesto de llevarme a casa, pero digo que prefiero caminar.

De camino a casa:

Voy cruzándome con pequeños sicarios en miniatura que miran con arrogancia a los demás sujetos de la calle. Veo chulería y prepotencia en esos pequeños mafiosos, sujetando sus móviles, levantando la mano para que se escuche en alto la canción de “reggaeton” que se reproduce en su teléfono de camorrista.

Se cruza ante mi una mujer de avanzada edad que se coloca de forma chabacana los senos, al seguir dando unos pasos mas, me cruzo con dos personas que hablan en alto, como intentando dar a entender a los que no les conocemos, que tienen una vida divertida e interesante.

Empiezo a olisquear las cenas preparadas en las diferentes casas; arroz con pollo, tortilla, milanesa, cocido, algo que tiene mucha mayonesa, y casi llegando a mí casa, un fuerte olor a ajo y vinagre. Ese olor se adentra en mis fosas y lo empiezo a sentir en mi frente, me tapo la nariz.

Cuando llego a casa veo que no hay casi comida, abro la fiambrera y solo hay 3 pequeños paquetes, abro el primero y es mortadela, abro el segundo y también es mortadela, y el tercero mortadela. Odio la mortadela.

Siguiente Capítulo

2 comentarios:

  1. jajajaja, odio la mortadela. Porqué no habría jamón?

    ains...

    sabes que hay algo que no soporto y es la gente que hace ruido, habla a los gritos o se ríe fuerte...

    me rayan el cerebro.
    Yo hablo bajito, y tranquila y sabes qué?

    A LA GENTE LE JODE!!!!

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.